Hace unas semanas, China inauguró la primera línea ferroviaria de alta velocidad del Tíbet. Esto implica pasar trenes a una altitud tal que las cabinas necesitan un suministro adicional de oxígeno.
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Impulsar el turismo, pero no solo
435 kilómetros de largo, el Primera línea ferroviaria de alta velocidad del Tíbet ha estado en servicio desde el 25 de junio de 2021, como explica un artículo de CNN. Uniendo la capital tibetana, Lhasa, con Linzhi, esta línea atraviesa un entorno tan hostil como magnífico con picos montañosos de más de 8.000 metros y valles muy estrechos. El servicio proporcionado por China Railway (CR) incluye dos Fuxing: el CR400AF-Z y el CR400AF-BZ. Son simplemente los trenes de alta velocidad convencionales más rápidos del mundo en servicio regular (350 km / h). Sin embargo, estas máquinas circulan a sólo 160 km / h en el caso de esta línea, por razones obvias de seguridad. La línea tiene nueve estaciones, a las que los trenes pueden conectar en menos de 3,5 horas.
Con este proyecto, China continúa abriendo la Región Autónoma del Tíbet. Se trata aquí de acelerar su integración y así reducir aún más los reclamos de independencia. Evidentemente, también se trata de impulsar el sector turístico. El gobierno también es muy activo en el tema y comunica sobre la calidad de los paisajes. Por ejemplo, el valle del río Yarlung Tsangpo en la meseta tibetana del sureste tiene muchos lagos y cascadas, así como pueblos tradicionales.

Datos muy impresionantes
Debe saber que la construcción de esta línea, que comenzó hace seis años, supuso un verdadero desafío técnico. No menos de 130.000 trabajadores han cavó 47 túneles y construyó 121 puentes, ya que muchos edificios representan aproximadamente el 75% del viaje. Mencionemos en particular el Puente Zangmu, que no es otro que el puente de arco más ancho y más alto del mundo. También debe saber que la línea Lhasa-Linzhi es la la línea de tren electrificada más alta del mundo, cuyo punto más alto es un paso a una altitud de 5.100 metros. Además, el 90% del recorrido se realiza a una altura de más de 3.000 metros.
A tal altitud, el Ferrocarril de China no tuvo más remedio que equipar las cabinas con un suministro de oxígeno. La meta ? Mantener una tasa estable del 23,6%, es decir algo más del 21% habitual a nivel del mar. Además, las ventanas han sido sometidas a un refuerzo con filtro UV porque la radiación en la meseta tibetana es muy intensa. Finalmente, si la línea es 100% eléctrica, el sistema también prevé un motor de combustión si es necesario.
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