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Como humanos, los chimpancés y los bonobos marcan el comienzo y el final de sus interacciones.
Se sabe que los seres humanos marcan el comienzo y el final de sus interacciones sociales. Hasta ahora, pensábamos que nuestra especie era la única que ofrecía este tipo de intercambio de señales necesario para involucrar a dos sujetos en la misma interacción. Según un estudio reciente publicado en iScience, parece que los bonobos, y en menor medida los chimpancés, también ofrecen algo similar.
El compromiso conjunto no es exclusivo de los humanos
Tendemos a seguir “reglas invisibles” en nuestras interacciones sociales. No comienzas una conversación o acción conjunta con otra persona sin saludarla, y no terminas ese intercambio sin marcar el final, de una forma u otra.
En la ciencia del comportamiento, estos modales encajan en lo que los investigadores llaman “compromiso conjunto”. El término aquí se refiere al intercambio de señales necesarias para que los posibles coparticipantes lleguen a una convicción mutua de que están comprometidos con un plan de acción en el que cada uno tiene un papel que desempeñar. Iniciar y finalizar una conversación intercambiando saludos son ejemplos sencillos.
Hasta ahora, pensábamos que éramos la única especie que realizaba este tipo de intercambio. “Pudimos lanzar cohetes y aterrizar en la Luna porque tenemos la capacidad de compartir nuestras intenciones, lo que nos permite lograr cosas mucho más grandes que las que una sola persona puede lograr por sí sola. Se ha sugerido que esta capacidad está en el corazón de la naturaleza humana “dice Raphaela Heesen, investigadora postdoctoral de la Universidad de Durham en el Reino Unido.
De hecho, nuestros dos primos más cercanos, los chimpancés y los bonobos, también están acostumbrados.
Intercambios más fuertes entre bonobos
El Dr. Heesen y su equipo comenzaron este estudio después de observar que dos bonobos usaban gestos para reanudar su interacción interrumpida durante el aseo.
Como parte de este trabajo, se centraron en varios grupos de bonobos y chimpancés en zoológicos, analizando más de 1.200 interacciones. Para su sorpresa, encontraron que los bonobos compartían señales de entrada y una mirada mutua antes de jugar el 90% del tiempo, mientras que los chimpancés lo hacían el 69% del tiempo.
Las señales de salida fueron aún más frecuentes (92% de interacciones en bonobos y 86% para chimpancés). Los diferentes tipos de señalización incluían gestos como tocarse, tomarse de la mano, asentir o mirarse.

Los bonobos hacen menos esfuerzo con sus “seres queridos”
El equipo también investigó si la cercanía de las relaciones y la dinámica de poder entre primates podría influir en estos comportamientos.
En los bonobos, cuanto más cerca estaban los individuos socialmente, más corta era la duración de sus fases de entrada y salida. Para los autores, esto refleja la forma en que los humanos tienden a comunicarse entre sí. “Cuando interactúas con un buen amigo, es menos probable que pongas mucho esfuerzo en comunicarte cortésmente”, subraya Raphaela Heesen.
Por el contrario, la fuerza de los lazos sociales no pareció influir en el grado de estos intercambios en los chimpancés. Esto podría deberse a las jerarquías de poder autoritarias que se ven en estos animales, mientras que los bonobos operan en sociedades mucho más socialmente igualitarias.
Aislar este tipo de comportamiento de nuestros primos más cercanos podría conducir a una mejor comprensión de su origen y evolución. Mientras tanto, si te cruzas con un bonobo o un chimpancé en el futuro, ¡considera saludar antes de interactuar!
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