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¿Cómo podrían los pterosaurios más grandes sostener sus cuellos de jirafa?
Los escaneos de restos fosilizados sugieren que los pterosaurios de cuello largo podrían soportar el peso de sus cabezas, y en segundo lugar el de sus presas, gracias a un conjunto de rayos dentro de sus vértebras.
Si hubiera vivido en el período Cretácico, habría podido verlos sin dificultad. Solo tenías que poner los ojos en blanco. Los Azhdarchidae, una familia de pterosaurios, se distinguían por sus cabezas grandes y cuellos extremadamente largos, que a veces llegaban a medir más de tres metros. Los más famosos no son otros que Quetzalcoatlus y Hatzegopteryx, dos gigantes de más de doce metros de ancho y altos como jirafas cuando se colocan en el suelo.
Las dimensiones extremas de los Azhdarchidae naturalmente plantean algunas preguntas interesantes: ¿Cómo podrían agarrar y transportar presas grandes sin romperse el cuello? ¿O cómo es posible que animales del tamaño de jirafas se eleven sin esfuerzo por encima de los dinosaurios que se mueven por el suelo?
Cariad Williams, candidata a doctorado en la Universidad de Illinois, esperaba arrojar luz sobre estas preguntas basándose en un espécimen encontrado en los depósitos fósiles de Kem Kem, Marruecos. Los lechos de fósiles marroquíes conservan aquí un exuberante sistema fluvial que existió hace unos 100 millones de años. La Sra. Williams y sus colegas identificaron tentativamente su espécimen como un pterosaurio del género Alanqa.

Inaudito en el reino animal
Por tanto, utilizando un escáner, los investigadores se centraron en el cuello del animal. Los resultados de este trabajo, publicados el miércoles en la revista iScience, los aturdió. Y por una buena razón, el cuello del pterosaurio estaba andamiado por una red única y compleja de puntales helicoidales que conectan un tubo neural central a la pared de la vértebra como los radios de una bicicleta. Esta estructura, en términos concretos, no tiene equivalente en el reino animal.
El análisis biomecánico de la compleja estructura del cuello reveló que los filamentos en forma de rayo fortalecen las vértebras contra las presiones asociadas con la captura y el transporte de presas pesadas. Este ejemplar, que tenía un cuello de 1,5 metros de largo y una envergadura de seis a ocho metros, podría haber transportado cargas de más de diez kilos.
Abajo: uUna tomografía computarizada de extremo a extremo de una vértebra de pterosaurio fosilizada, que revela las estructuras en forma de rayos formadas en su interior.
Esta información sin precedentes ayuda a llenar algunos de los vacíos persistentes en nuestro conocimiento de la anatomía de los pterosaurios y, por extensión, sus comportamientos. Al igual que las aves, estos reptiles han desarrollado esqueletos ligeros y frágiles para optimizar sus capacidades de vuelo. Por eso tienden a estar infrarrepresentados en el registro fósil: sus huesos se rompen con facilidad.
Según los autores, esta adaptación inusual probablemente podría tener otras funciones, como el “asentir”, un comportamiento de rivalidad observado en jirafas macho, o como un medio para hacer frente a las fuerzas de cizallamiento asociadas con cráneos de gran tamaño sacudidos por los fuertes vientos durante el vuelo. .
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