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Con la basura doméstica, estos investigadores crean compuestos aromáticos
Recientemente, investigadores alemanes dieron a conocer una innovación que es tan inusual como sorprendente. Utilizaron un hongo y desechos orgánicos para desarrollar compuestos aromáticos.
Mejora de los residuos orgánicos
Un hongo comestible que puede producir moléculas aromáticas de residuos orgánicos. Esto es lo que presentó un equipo de investigadores de la Universidad de Giessen (Alemania) en su publicación del 17 de noviembre de 2021 en el Journal of Agricultural and Food Chemistry. Los científicos han descrito el desarrollo de una sabor a fresa salvaje se puede utilizar en la industria alimentaria.
Las fresas silvestres (o fresas silvestres) son mucho más pequeñas que las fresas normales. Sin embargo, también son mucho más fragantes. Bastante raras y difíciles de cosechar en el bosque, estas fresas son muy caras, especialmente cuando se trata de desarrollar un sabor natural para integrarse con otros alimentos. Tenga en cuenta también la existencia de sabores químicos, pero desafortunadamente, no siempre son unánimes entre los consumidores. Por otro lado, el desarrollo de un aroma de buena calidad. de residuos orgánicos resulta ser muy interesante.

Un aroma adoptado por los probadores
El hongo de la especie Wolfiporia cocos es común en Asia, especialmente en el campo de la medicina tradicional. Sin embargo, también es muy popular por su capacidad para producir diferentes enzimas puede descomponer una gran cantidad de desechos orgánicos. Por lo tanto, los investigadores lo cultivaron sobre orujo de grosella negra. Sin embargo, la descomposición del orujo permitió que el hongo liberara un aroma afrutado y floral. Mencionemos de pasada que la industria del jugo de grosella negra produce grandes cantidades de pulpa, piel y semillas terminando generalmente su carrera en el balde. Entonces los investigadores agregaron varios productos en pequeñas cantidadesa saber, entre otros, nitrato de amonio, aspartato de sodio monohidrato, fosfato de monopotasio. El objetivo era permitir que el hongo liberara con precisión el aroma deseado.
Los probadores participaron en el estudio y comparó varias versiones artificiales aroma de fresa silvestre con aroma de seta. Por unanimidad, los probadores subrayaron una gran similitud entre los diferentes sabores. Hay que decir que, en general, las setas sorprenden, porque su olor suele ser bastante desagradable y, sin embargo, tienen capacidades interesantes en cuanto a la producción de aroma.
Finalmente, ciertas bacterias también pueden ser de interés en la preparación de aromas. Hace unos meses, por ejemplo, investigadores escoceses utilizaron bacterias Escherichia coli modificado genéticamente para transformar botellas de plástico en aroma de vainilla.
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