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Covid-19: ¿Las máscaras “mataron la emoción”?
Los políticos empiezan a hablar del inminente fin de la obligación de llevar máscaras al aire libre. Como parece que se avecina el final del túnel, un estudio italiano reciente analizó el impacto de la máscara en las interacciones sociales. Los niños de tres a cinco años tienen la mayor dificultad para comprender las emociones detrás de las máscaras, dicen los investigadores.
Capacidad disminuida para interactuar
Desde hace más de un año, llevar una máscara forma parte de nuestro día a día y, por tanto, ha invertido en nuestro día a día las relaciones sociales. Este accesorio, considerado esencial por muchos científicos, podría, sin embargo, tener efectos en el desarrollo de los niños. Publicado en la revista Frontiers un Psychology el 25 de mayo de 2021, un estudio del Istituto Italiano di Tecnologia de Génova (Italia) estima que en más de la mitad de los casos, los niños de tres a cinco años no comprenden las emociones. .
Reconocer la emoción en los demás es una parte integral de la interacción social. Según los investigadores, llevar una máscara puede, por tanto, perjudicar la capacidad de interactuar de los más jóvenes. Además, recordemos que si el uso de la máscara no es obligatorio para los niños de esta edad aunque sí debe realizarse en determinados contextos.
Como parte de su trabajo, los investigadores italianos prepararon un cuestionario que incorpora fotos de personas con y sin máscaras. El documento se envió a 119 voluntarios, incluidos 31 niños de 3 a 5 años, 48 niños de 6 a 8 años y 39 adultos de 18 a 30 años. El objetivo de los participantes fue reconocer diferentes expresiones: enfado, alegría, tristeza o incluso miedo entre otras.

Los niños de 3 a 5 años tienen más dificultades para leer las emociones debido a las máscaras.
Según los resultados, los niños de 3 a 5 años son capaces de reconocer expresiones faciales relacionadas con la felicidad en solo el 40% de los casos si la persona lleva una máscara. Sin embargo, esta tasa de éxito es mayor para otros grupos de edad: entre el 55 y el 65% para los niños de 6 a 8 años y entre el 70 y el 80% para los adultos. Por lo tanto, todos los participantes experimentaron dificultad para interpretar las emociones de una persona enmascarada. Sin embargo, las dificultades son mucho más marcadas en los niños más pequeños.
Por tanto, los científicos han señalado un problema importante que podría alterar potencialmente el desarrollo de los niños pequeños. Por otro lado, mantienen la esperanza al evocar su buena plasticidad cerebral. De hecho, el cerebro de los niños muy pequeños es muy flexible. Por lo tanto, los expertos dijeron que querían continuar con las pruebas para monitorear su comprensión de las emociones.
Finalmente, los investigadores mencionaron posibles efectos graves en los niños con discapacidad. En cualquier caso, será necesario realizar más investigaciones en unos años para comprender cómo el uso de la máscara marcó a los espíritus y habilidades de interacción social impactadas a largo plazo.
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