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El clima y los incendios forestales, ¿un vínculo más complejo de lo esperado?
Las representaciones del cambio climático a menudo exponen a un mundo afectado por incendios forestales cada vez más intensos y numerosos. Sin embargo, poco trabajo se ha centrado en la disponibilidad de combustible y su efecto limitante sobre el aumento proyectado. ¿Hemos pasado por alto un mecanismo regulador que nos protegería de las proyecciones más amenazantes?
Como han ilustrado los medios de comunicación internacionales en los últimos años, los grandes incendios forestales tienden a aumentar en todo el mundo. Además, los climatólogos insisten en que si no hacemos nada para limitar rápidamente el calentamiento, esta tendencia continuará y se intensificará peligrosamente a lo largo del siglo.
Disponibilidad de combustible, una retroalimentación negativa
Sin embargo, cabe preguntarse si, a fuerza de quemar, no llegaría a faltar la vegetación y así oponerse al agravamiento de los incendios. En otras palabras, ¿a efecto estabilizador vinculado a una menor disponibilidad de combustible compensar el aumento esperado en la actividad de incendios, desempeñando así el papel de retroalimentación negativa?
Para responder a esta pregunta, un equipo de investigadores se centró en el oeste de Estados Unidos, una región particularmente expuesta a los incendios forestales y su aumento en un contexto de calentamiento global. El período de estudio se extiende de 2020 a 2050, un horizonte temporal que se considera cercano. Los resultados se publican en la revista científica Comunicaciones de la Tierra y el Medio Ambiente este 2 de noviembre.

Incendios forestales: la influencia dominante del calentamiento global
Los investigadores llevaron a cabo un conjunto de simulaciones con herramientas digitales que acoplan el clima, la vegetación y la actividad de los incendios. Los resultados obtenidos muestran que la retroalimentación negativa sí está presente, pero es demasiado débil con respecto al cambio climático para tener un efecto importante. Tenerlo en cuenta en los cálculos conduce a revisar las proyecciones a la baja, pero sin cambiar fundamentalmente la apariencia general de las curvas (ver figura anterior).
De hecho, incluso en la simulación que presenta la retroalimentación estabilizadora más fuerte, todavía esperamos un aumento en el área de tierra quemada en casi un 50% entre 2021 y 2050 en comparación con el período 1991-2020. Sin retroalimentación, este porcentaje se acerca al 100%, lo que equivale a duplicar el área quemada.
” Las limitaciones de combustible son poco probables (…) Restringir severamente los grandes aumentos en el área de incendios forestales inducidos por el clima para mediados del siglo XXI, lo que subraya la necesidad de una adaptación proactiva al aumento de los incendios forestales en el oeste de los Estados Unidos. », Concluye el trabajo en su resumen.
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