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Elementos propicios para el ARN y la vida detectados en el corazón de la Vía Láctea

Los investigadores han examinado una nube molecular cerca del centro galáctico. Después de un análisis exhaustivo de su química, los nitrilos estaban anidando en abundancia en sus vastas espirales de gas y polvo cósmico. Sin embargo, representan la base clave para la disposición de los ribonucleótidos que constituyen en parte el ARN esencial para la vida. Nuestro origen comenzaría, por tanto, en el interior de las nebulosas, antes de que su aglomeración creara sistemas estelares.

Rocas cósmicas que transmiten “vida”

La vida apareció en la Tierra hace 3.800 millones de años, 700 millones de años después de que se formara la estrella. Entre estos dos momentos se produjo el “gran bombardeo tardío” (GBT) durante el cual inmensas cantidades de cometas y meteoritos chocaron contra los planetas telúricos.

meteorito
Ilustración de un meteorito entrando en la atmósfera. Créditos: AlexAntropov86/Pixabay

eso ya lo sabemos partículas prebióticas (participando en la creación de los seres vivos) están sobre rocas que recientemente han venido a visitarnos (desde lejos) desde los confines del espacio. Además, los meteoritos y asteroides nacen de sistemas en formación, resultantes ellos mismos de una nube de gas y polvo molecular en acreción. Esta es la razón por la cual los astrofísicos apuntaron sus instrumentos a nieblas nebulosas en busca de estos gérmenes favorables al surgimiento de la vida. Y sus esfuerzos dieron sus frutos.

¿Qué es el ARN?

El ARN (ácido ribonucleico), un polímero orgánico, está contenido en casi todos los seres vivos. Este ácido nucleico está formado por cadenas de nucleótidos. Químicamente similar al ADN, se diferencia de él en ciertos puntos. Para empezar, solo tiene una hebra (en comparación con las dos del ADN). Entonces, su constitución es menos estable. Y finalmente, el tamaño de los nucleótidos del ARN es de cinco a seis órdenes de magnitud menor que el del ADN.

estructura de ARN
estructura del ARN. créditos; Fdardel/Wikimedia – CC por 3.0

Moléculas prebióticas dentro de nuestra galaxia.

Al estudiar las líneas espectrales que nos envía la luz de los diferentes compuestos químicos del objeto observado, los investigadores notaron una alta concentración de ribonucleótidos en la nebulosa G+0.693−0.027. Ubicada en la nube molecular gigante Sagitario B2, se encuentra a una distancia de 391 años luz del centro de la galaxia. Aquí es donde hay una gran proliferación de partículas, la “zona molecular central”, con una masa equivalente a 60 millones de soles.

Se detectaron otros precursores de ribonucleótidos en medio de G+0,693−0,027, como cianuro, cianoaleno, cianuro de propargilo y cianopropino. Sin embargo, ciertas moléculas que también son esenciales para el surgimiento de la vida en la Tierra todavía no se pueden encontrar en el espacio interestelar. Este es el caso de los lípidos.

Respuestas que plantean tantas preguntas.

LA última investigación, que vale su peso en oro, sigue siendo la del famoso condiciones iniciales que permiten que la materia inerte se transmute en células vivas. La hipótesis más probable hasta la fecha se basa por tanto en el ARN (cuyas características hemos mencionado) que habría sembrado el globo durante los 200 millones de años de impactos masivos de meteoritos.

En cuanto a la aparición de estas células vivas en la Tierra, ¿vienen deelementos internos a la nube original del Sistema Solar, una contribución en precursores de ARN extranebulares o una mezcla de ambos?

La astroquímica continúa diseccionando nuestro mundo interestelar, en busca de otras moléculas prebióticas escondidas dentro de las nebulosas. En cuanto a la astrofísica, se apodera de las fronteras del Universo de manera más bella, con la primera foto de alta calidad del JWST. La imagen más profunda del cielo que nos ofrece pinta el retrato de un buen número de galaxias, al borde del Big Bang.