Une évaluation réalisée par un groupe d’experts internationaux suggère que les déchets d’équipements électroniques et électriques totaliseront environ 57,4 millions de tonnes, ce qui est supérieur à la masse de la Grande Muraille de Chine, l’objet artificiel le plus lourd de la tierra.
En este mundo que avanza en la solución de los problemas ambientales, los desechos plásticos, que aún abundan en los océanos, son un objetivo generalizado. Sin embargo, hay un área que necesita urgentemente atención: los residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE), cuyas cantidades han ido aumentando durante varios años (casi el 21% de 2014 a 2020).
Y no ha terminado. En 2021, se espera que los RAEE aumenten nuevamente en casi el 7% para alcanzar alrededor de 57,4 millones de toneladas, que es mayor que la masa de la Gran Muralla China, el objeto artificial más masivo de la Tierra. Para 2030, estaremos en casi 74 millones de toneladas, según un nuevo informe.
Si junta todos estos desechos generados en un año, podría formar una montaña alta visible desde el espacio.
Según un informe anterior publicado en 2017, equipos pequeños (aspiradoras, maquinillas de afeitar eléctricas, cámaras, etc.), equipos grandes (lavadoras, secadoras, etc.) y ” equipo de intercambio de temperatura (Refrigeradores, congeladores y aires acondicionados) son los de más rápido crecimiento. Estas tres categorías por sí solas son responsables de 75% de los desechos electrónicos globales.

Hacia una economía circular
Aún así, según este nuevo informe, solo el 17,4% de los residuos generados en 2019 se habrían tratado y reciclado correctamente.
Más allá de la propia acumulación de residuos, esta observación también implica problemas ambientales. ” Hasta que los ciudadanos devuelvan su equipo usado y roto, lo vendan o lo regalen, tendremos que seguir extrayendo material nuevo causando grandes daños.“, Recuerda Pascal Leroy, responsable del WEEE Forum, en una nota de prensa.
Ante esta observación, varios grupos medioambientales abogan por una economía mucho más circular en la que los fabricantes se encargarían de la gestión del final de la vida útil de sus productos. En otras palabras, las empresas deben gestionar las reparaciones o, como último recurso, reciclar los componentes.
” Cada uno de nosotros tiene un papel crucial que desempeñar para hacer de la circularidad una realidad para los productos electrónicos. Esto es más importante que nunca a medida que nuestros gobiernos se embarcan en la COP26 para discutir la acción global para reducir las emisiones de carbono. Cada tonelada de RAEE reciclado evita alrededor de dos toneladas de emisiones de CO2. Si todos hacemos lo correcto con nuestros desechos electrónicos, ayudaremos a reducir las emisiones nocivas de CO2.“, Concluye el señor Leroy.
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