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Los lagos de la corteza helada de Europa podrían salir a la superficie

Un estudio reciente apoya la presencia de cuerpos de agua subterránea enterrados en la corteza helada de la luna Europa de Júpiter. Algunos de estos depósitos también pueden subir a la superficie como penachos a medida que se expanden. Este nuevo trabajo podría guiar las futuras observaciones de la sonda Europe Clipper, que llegará al sitio a principios de la década de 2030.

Lagos subterráneos en Europa

Europa, como Encelado, es uno de los principales objetivos en la búsqueda de vida extraterrestre. De hecho, hay evidencia de que la luna alberga un océano mundial potencialmente habitable acurrucado bajo su gruesa capa de hielo. Por eso, la NASA está preparando su misión Europa Clipper. Aunque no es una misión de detección de vida per se, la sonda realizará una exploración detallada de Europa y determinará si la luna helada tiene al menos la capacidad de sostener la vida con su océano subterráneo.

Sin embargo, el océano global de Europa (que contiene el doble de agua que todos los océanos de la Tierra combinados) puede no ser la única fuente de agua disponible allí. Con base en las observaciones realizadas hace varios años por el orbitador Galileo, los investigadores sospechan la presencia de tanques de agua salada incrustado dentro de la propia corteza. Algunos de ellos estarían cerca de la superficie, mientras que otros estarían ubicados bajo varios kilómetros de hielo.

La presencia potencial de estos lagos subterráneos es de particular interés para la NASA. Al especificar su ubicación y su grado de enterramiento, el equipo de Europa Clipper podría de hecho ordenar a la sonda que lleve a cabo una investigación detallada de estos sitios durante sus numerosos sobrevuelos de la superficie.

Un artículo reciente publicado en Planetary Science Journal también respalda la idea de que el agua que emana de estos depósitos podría entrar en erupción sobre la superficie de Europa, ya sea en forma de columnas de vapor o en forma de actividad criovolcánica. El modelo informático de los investigadores muestra que, si de hecho hay erupciones sobre Europa, es probable que se originen en lagos anchos y poco profundos incrustados en el hielo y no en el océano global que se encuentra muy por debajo.

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Europa fotografiada por Juno el 29 de septiembre de 2022. Credits: NASA/JPL Caltech/SwRI/MSSS/Björn Jónsson

Entre cuatro y ocho kilómetros de profundidad

El modelo presenta un mapa de lo que los científicos podrían encontrar dentro del hielo si observaran erupciones. De acuerdo con estos modelos, probablemente detectarían reservorios relativamente cerca de la superficie en el de cuatro a ocho kilómetros de la corteza Al congelarse y expandirse, estas bolsas de agua serían capaces de romper el hielo circundante y desencadenar erupciones.

Por el contrario, los depósitos más profundos empujarían contra el hielo más cálido que los rodea a medida que se expanden. Este hielo sería lo suficientemente suave para actuar como un colchón que absorbe la presión en lugar de reventar. A priori, esta agua sería mucho menos probable que brotara a la superficie.

Los responsables de la misión Europa Clipper podrán utilizar esta investigación para calibrar el instrumento de radar de la sonda que se utilizará para buscar bolsas de agua en el hielo. Los otros instrumentos también podrían identificar evidencia de erupciones. La cámara de emisión térmica utilizará, en particular, una cámara infrarroja capaz de mapear las temperaturas de Europa y, por lo tanto, encontrar pistas sobre la actividad geológica, incluido el criovulcanismo.