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Los tardígrados y otros pequeños calamares pronto ingresan a la ISS
La NASA se está preparando para lanzar varios miles de tardígrados y casi 130 pequeños calamares a la Estación Espacial Internacional (ISS) como parte de la 22ª misión de reabastecimiento de SpaceX. Bajo el estrés del espacio, estos organismos podrían ayudar a prepararse para futuros viajes espaciales humanos a largo plazo.
Los astronautas a bordo de la ISS pronto darán la bienvenida a miles de recién llegados, comenzando con 5,000 tardígrados. Estos pequeños invertebrados son conocidos por su extrema resistencia. Algunos pueden soportar temperaturas tan bajas como -272 ° C, mientras que otros pueden sobrevivir durante muchos años sin agua ni oxígeno. Algunas especies también pueden aclimatarse a las abrumadoras presiones del océano, mientras que otras soportan un vacío de espacio.
Estos son de particular interés para la NASA. Como parte de este estudio, Thomas Boothby, biólogo molecular de la Universidad de Wyoming, tendrá la tarea de identificar los genes específicos responsables de estas notables hazañas de adaptación. Estos datos, esperan los investigadores, podrían brindarnos información vital sobre los efectos de los viajes espaciales a largo plazo en la salud de los astronautas y las posibles terapias.
Simbiosis en el espacio
Además de estos miles de tardígrados, el nuevo paquete entregado por SpaceX constará de 128 chipirones de la especie Euprymna scolopes. Estos pequeños organismos a menudo se consideran en biología para el estudio de las relaciones simbióticas entre animales y bacterias. De hecho, estos calamares evolucionan con una bacteria bioluminiscente, llamada Aliivibrio fischeri, que ocupa un órgano luminiscente presente en su cuerpo.
Como parte de este experimento a bordo de la ISS, a los investigadores les gustaría estudiar esta relación entre las dos especies para determinar cómo interactúan los microbios con los tejidos del calamar en el vacío del espacio.
“Los animales, incluidos los humanos, dependen de los microbios para mantener un sistema digestivo e inmunológico saludable”, subraya Jamie Foster, microbiólogo de la Universidad de Florida, quien dirigirá este trabajo desde la Tierra. “ No entendemos completamente cómo los vuelos espaciales modifican estas interacciones beneficiosas “.

Sabemos que los calamares llegan al mundo sin la bacteria, que luego adquieren en el océano que los rodea. Los investigadores planean agregar las bacterias a los pequeños cefalópodos una vez que se hayan descongelado a bordo de la estación. De esta forma, los investigadores podrán observar las primeras etapas del desarrollo de esta simbiosis.
Al estudiar las moléculas producidas en el proceso, podrán determinar qué genes se activan y desactivan. Una vez más, esta información podría beneficiarnos, permitiendo potencialmente a los humanos cuidar mejor de su microbioma intestinal y inmunológico durante los viajes espaciales a largo plazo.
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