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¿Podrían las tormentas solares retrasar el regreso de los humanos a la luna?
Un estudio sugiere que los eventos climáticos espaciales más extremos, como las tormentas solares, son más predecibles de lo que se pensaba. La segunda mitad de esta nueva década, durante la cual Estados Unidos apunta a apoyar los pies en la Luna, también podría estar particularmente en riesgo, advierten los investigadores.
En 2017, la administración Trump le pidió a la NASA que devolviera humanos a la luna ya en 2024. El objetivo de este programa, llamado Artemis, será establecer instalaciones tripuladas permanentes en la región del Polo Sur. Sabíamos desde el principio que la fecha límite de 2024 podría ser un poco ambiciosa. Por otro lado, sabemos que la Cámara de Representantes de los Estados Unidos buscaría posponer esta misión de aterrizaje hasta 2028, en línea con los objetivos anteriores de la NASA.
Por tanto, a priori, el regreso de los humanos a la Luna debería tener lugar entre estos dos plazos. Pero, ¿es realmente prudente? Una nueva investigación sugiere que el Sol puede tener algo que decir.
Clima espacial más riesgoso en 2025-2030
El ciclo solar del campo magnético del Sol dura unos once años. El mínimo solar es la parte del ciclo que ofrece menos actividades. El máximo solar, impulsado por la inversión de los polos magnéticos de nuestra estrella, es por tanto el más activo. Generalmente es alrededor de este período cuando ocurren las grandes erupciones solares.
Dicho esto, actualmente estamos en inicio del ciclo 25. Y el inicio del próximo máximo solar está programado para julio de 2025. Como parte de un nuevo estudio publicado en la revista Física solar, los investigadores han determinado que durante los ciclos pares, es más probable que ocurran tormentas solares al principio del ciclo. Por el contrario, durante los ciclos impares, tienden a desarrollarse hacia el final máximo.

Dado que el ciclo 25 es un ciclo extraño, deberíamos esperar más tormentas solares en la segunda mitad de esta década. Sin embargo, sabemos que las tormentas solares pueden representar un riesgo para los satélites, las naves espaciales y los astronautas. Además, enviar humanos a la Luna durante este período, lejos del campo protector de la Tierra, podría agregar un riesgo adicional a misiones que ya son muy arriesgadas.
“Hasta ahora, pensamos que los eventos climáticos espaciales más extremos eran aleatorios en su momento y, por lo tanto, no había mucho que pudiéramos hacer para planificarlos”., señala Mathew Owens, físico espacial de la Universidad de Reading. “Sin embargo, esta investigación sugiere que son más predecibles, generalmente siguiendo las mismas ‘estaciones’ de actividad que los eventos meteorológicos espaciales más pequeños”..
Con este esquema en mente, los investigadores señalan que cualquier misión espacial importante programada entre 2025 y 2030 debe tener en cuenta este mayor riesgo de clima espacial extremo y planificar las respuestas en consecuencia.
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