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Retorno de muestras marcianas: la misión acaba de evolucionar
La NASA y la Agencia Espacial Europea han realizado ajustes clave en su ambiciosa misión de traer muestras de la superficie marciana a la Tierra. En particular, los científicos tendrán que esperar un poco más antes de poder analizarlos.
La NASA y la Agencia Espacial Europea (ESA) están colaborando en una misión increíblemente compleja para traer de vuelta a la Tierra las muestras de Marte descartadas por el rover Perseverance. Dentro de estas rocas, recolectadas en el cráter Jezero, los científicos esperan encontrar rastros de vidas pasadas, probablemente microbianas. Hace varios miles de millones de años, este cráter albergaba un gran lago y un delta de río que yacía bajo una atmósfera espesa.
El plan inicial requería el lanzamiento en 2026 de un módulo de aterrizaje con un vehículo de ascenso (MAV), propuesto por la NASA, y un pequeño rover construido por la ESA. Este último se encargó de recuperar las muestras de Perseverance para colocarlas en el pequeño cohete que luego las lanzaría a la órbita de Marte. Allí arriba, el contenedor de muestras debía transferirlo a un orbitador a cargo de traer de vuelta a la Tierra en 2031.
Sin embargo, la NASA acaba de anunciar que este plan tan complejo ha sido rediseñado un poco.
Una misión partida en dos
En términos concretos, un análisis detallado de los requisitos técnicos llevó a la agencia a adoptar una arquitectura de dos módulos. El primero se encargará de depositar y sostener el pequeño cohete, mientras que un segundo depositará el rover de recuperación. Sin embargo, el desarrollo de un segundo módulo de aterrizaje requiere retrasar la fecha de lanzamiento dos años, hasta 2028. En consecuencia, las muestras no serán ya no se informa en la Tierra en 2031, sino en 2033. La nave espacial encargada de recuperar la cápsula de muestras en la órbita de Marte será lanzada en 2027 por la ESA.
De hecho, un plan de misión de un módulo de aterrizaje habría requerido un carenado de cohete más grande (que incorpora la carga útil) para acomodar un diámetro de escudo térmico de entrada más grande. Además, esto también habría requerido una capacidad de entrada, descenso y aterrizaje (EDL) no probada. La NASA habría nadado en aguas turbulentas. El riesgo era demasiado grande. Al centrarse en dos módulos de aterrizaje, la NASA podrá aprovechar el éxito de Perseverance.

Que la NASA y la ESA hayan podido alterar la arquitectura de la misión hasta tal punto no es realmente un problema, ya que este proyecto aún se encuentra en sus primeras etapas de desarrollo. De lo contrario, la misión permanece prácticamente sin cambios.
Esto tampoco es muy sorprendente. En noviembre de 2020, un panel de revisión independiente presentó estas mismas recomendaciones, diciendo que el lanzamiento debería retrasarse para permitir que las agencias espaciales dividan la misión en dos.
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