Entre las nuevas “super-armas” con las que Vladimir Poutine quería equipar a Rusia, encontramos un torpedo nuclear furtivo. El objetivo es generar tsunamis radiactivos. Mientras esta máquina aún se está perfeccionando, da lugar al temor de lo peor en caso de conflicto.

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Una de las seis nuevas “super-armas” rusas

Un arma potencialmente capaz de causar maremotos radiactivos que pueden contaminar las costas de todo un país. No, este no es un nuevo guión de película sobre desastres, sino una nueva tecnología actualmente en desarrollo en Rusia. En un artículo del 5 de abril de 2021, el canal estadounidense CNN reveló imágenes del Ministerio de Defensa ruso. Este último muestra en particular submarinos rusos y otras bases aéreas presentes en el Océano Ártico. Según el medio de comunicación, los sumergibles rusos están realizando actualmente pruebas destinadas a perfeccionar el Torpedo nuclear Poseidon 2M39.

Este torpedo es una de las seis superemas que Vladimir Putin quería para el ejército de su país, como los misiles hipersónicos Kinjal y Zircon. El torpedo Poseidon 2M39 toma la forma de un pequeño submarino capaz de moverse bajo el agua a una velocidad de 100 km / h, mientras que su alcance supera los 10.000 km. Así, esta arma es capaz de cruzar los océanos a una profundidad de unos 1000 metros, y de forma completamente sigilosa.

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Créditos: captura de video de CNN

Un arma disuasoria

Si su velocidad y alcance pueden ser lógicamente preocupantes, lo peor no es otro que su potencia. De hecho, se trata de una ojiva termonuclear capaz de generar una explosión que va de 30 a 100 megatoneladas. Sin embargo, esta misma ojiva es comparable o incluso potencialmente más poderosa que la de la Bomba Tsar (50 megatones), la bomba atómica más poderosa jamás probada por los rusos en 1961. Sin embargo, cabe señalar que este torpedo no fue creado. generar explosiones en tierra firme. Más bien, es activar la bomba bajo el agua y generar gigantescos tsunamis radiactivos que puede causar un daño inmenso a las costas de un país o de una región en su conjunto.

Al poder de la ojiva se suma el presencia de cobalto 60, un isótopo diseñado para maximizar la lluvia radiactiva. Así, además de los daños causados ​​por el propio tsunami, las zonas afectadas quedarían inhabitables e inutilizables durante muchas décadas. Este tipo de arma es un verdadero motivo de preocupación, ya que actualmente, 60% de la población mundial vive cerca de la costa.

Moscú, a través del ministro de Defensa Sergei Choïgou, habló de la construcción de una treintena de estos dispositivos en los próximos años. Si la existencia de esta arma deja temer lo peor, parece de todos modos que se trata de un arma disuasoria. En otras palabras, no se puede utilizar durante los conflictos habituales.