Un equipo de ingenieros ha desarrollado microchips alados increíblemente pequeños que pueden moverse con el viento. Estas microestructuras podrían servir para varios propósitos, incluido el monitoreo de los niveles de contaminación, enfermedades transmitidas por el aire y otros contaminantes ambientales en el aire.

Contenido

Una hazaña de ingeniería

Imagínese enjambres de diminutos planeadores formando una red inalámbrica capaz de recopilar datos ambientales sin la molestia de un voluminoso equipo de vigilancia. Esta es la promesa de un nuevo trabajo firmado por la Northwestern University (Inglaterra). En los últimos años, los investigadores han desarrollado microchips alados que son más pequeños que la cabeza de una hormiga. Esta hazaña de la ingeniería fue publicada en la prestigiosa revista Nature.

Para su diseño, los investigadores se inspiraron en semillas suspendidas en el aire capaces de dispersarse a favor del viento. Basándose en una variedad de experimentos y simulaciones de túneles de viento, probaron varios enfoques. Entre ellos se encontraban formas de paracaídas inspiradas en el diente de león, helicópteros inspirados en el arce de Negundo o incluso semillas de Paulownia, una especie de árbol originaria de Asia apreciada por su madera ornamental muy ligera. Finalmente, pusieron su mirada en una estructura de tres alas similar a la semilla de tristellateia.

Creemos que vencemos a la naturaleza, al menos en el sentido estricto de que pudimos construir estructuras que caen con trayectorias más estables y a velocidades terminales más lentas que las semillas equivalentes que verías en plantas o árboles.“, Dice John A. Roger, autor principal del estudio.

Tenga en cuenta que estos microchips están hechos de polímeros no contaminantes capaces de degradar naturalmente en el medio ambiente despues de aterrizar.

microchips
Crédito: Universidad Northwestern

Herramientas de seguimiento futuras

Durante sus experimentos, los investigadores pudieron probar su dispositivo para detectar partículas en el aire. También tienen sensores de pH integrados que se pueden utilizar para monitorear la calidad del agua y fotodetectores para medir la exposición al sol en diferentes longitudes de onda. Finalmente, los investigadores demostraron que estas pequeñas estructuras podrían estar equipadas con una fuente de energía capaz de absorber energía ambiental, almacenamiento de memoria y una antena capaz de transferir datos de forma inalámbrica a las computadoras.

Como se dijo anteriormente, los investigadores creen que estos dispositivos podrían eventualmente usarse para monitorear los niveles de contaminación en el aire, ya sea contaminación o enfermedades transmitidas por el aire. Por supuesto, tampoco se puede dejar de imaginar que de alguna manera se están utilizando como herramienta de seguimiento.